Tras San Valentín, la floricultura colombiana reafirma su liderazgo global con más de 2.200 millones de tallos producidos y un crecimiento del 13% en exportaciones en 2025. Con mercados en expansión y un fuerte compromiso con la sostenibilidad, el sector avanza hacia prácticas más ecológicas e innovadoras, consolidando a Colombia como el segundo mayor exportador de flores del mundo.
Acaba de pasar San Valentín en Colombia, una de las fiestas más importantes en el mundo, para Rovensa Next es un orgullo aportar un grano de arena en este proceso con su paquete tecnológico utilizado por los floricultores.
En 2025, Colombia sigue siendo el segundo mayor exportador mundial de flores, después de los Países Bajos. La producción de flores en el país se ha diversificado con un enfoque particular en la calidad y la sostenibilidad. Según las últimas cifras, la producción de flores en Colombia en 2025 alcanzó un volumen aproximado de 2.200 millones de tallos. Las variedades más demandadas siguen siendo las rosas, que representan más del 50% de las exportaciones del sector, seguidas de claveles, lirios, orquídeas y girasoles, Colombia exportó más de 65.000 toneladas de flores hacia EEUU.
La región Andina continúa siendo el centro de la floricultura colombiana, con departamentos como Cundinamarca, Boyacá, y Antioquia concentrando la mayor parte de la producción. Además, el clima favorable y la infraestructura de transporte eficiente, como la cercanía con el Aeropuerto Internacional El Dorado, han favorecido la competitividad del país.
Según Asocolflores, el crecimiento en las exportaciones fue del 13% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Actualmente, el 80% de las flores colombianas que salen del país tienen como destino el mercado estadounidense.
Otros mercados como Corea del Sur y Japón incrementaron la demanda de flores colombianas. Se enviaron 900 millones de tallos exportados por vía aérea y marítima a diferentes países, incluyendo Reino Unido, Chile, Australia y Japón. De este total, el 92% fue transportado por aire y el 8% por mar.
Desafíos y oportunidades en la industria floral colombiana.
A pesar del crecimiento continuo, la industria floral colombiana enfrenta varios desafíos. Uno de los principales es la sostenibilidad. Los consumidores internacionales están cada vez más preocupados por los procesos de producción que afectan al medio ambiente, lo que obliga a los productores colombianos a adaptarse a las normas ecológicas y adoptar prácticas de cultivo más sostenibles.
Otro reto importante es la innovación tecnológica.
El uso de nuevas tecnologías en la producción y distribución de flores, como la automatización en el empaquetado y la trazabilidad en la cadena de suministro, es esencial para mantenerse competitivo en el mercado global.
Sin embargo, existen oportunidades de crecimiento, particularmente en mercados emergentes en Asia y Medio Oriente, donde la demanda de flores frescas está en aumento. Además, la diversificación de productos, como la producción de flores para eventos de lujo o la inclusión de nuevas variedades, puede ampliar las posibilidades de crecimiento del sector.
La floricultura colombiana sigue siendo un sector clave para la economía del país en 2025, con un crecimiento sostenido en la producción y exportación de flores. La posición de Colombia como líder mundial en exportaciones florales se ha mantenido gracias a su infraestructura, el clima favorable y la calidad de sus productos. Sin embargo, la sostenibilidad y la innovación tecnológica son desafíos importantes que deben ser enfrentados para mantener la competitividad. Además, la diversificación en los mercados y productos ofrece un gran potencial para el futuro.
En términos de sostenibilidad, el sector floricultor ha trabajado durante los últimos años para mejorar sus prácticas, sobre todo en términos de uso de la energía, uso del agua y disminución en el consumo de pesticidas.
En los últimos cinco años el sector ha logrado reducir el consumo energético en un 61 %, así como que el 44% del agua que utilizan las empresas floriculturas provenga de agua lluvia, adicionalmente gracias a un constante monitoreo se ha logrado disminuir el uso de pesticidas químicos a un 43 %.
Por otra parte, la Tingua, ave acuática y endémica, impactada por la contaminación en la sábana, se ha convertido en el icono de la ruta de la sostenibilidad, en la que temas relacionados con la conservación de suelos y uso responsable de fertilizantes, manejo integrado de basuras, reducción de plaguicidas, conservación de la biodiversidad, huella de carbono, medición del uso de los recursos y los impactos asociados, entre otros, garantizan un mejor desempeño socioambiental de los cultivos.
